2030 Odisea en el fracaso

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Profeta. Se me pide que sea profeta. A mi, uno de los alumnos de este fantástico grupo 1 más pesimista. Desgraciadamente, pienso que en 2030 la situación será peor que la actual. Bueno, peor para muchos, mejor para pocos, e igual para otros tantos. Vamos, una mierda. Sin embargo, voy a intentar trazar algunas líneas generales de mi profecía para el 2030.

  • El profesor: la situación actual de acceso al cuerpo docente es realmente deprimente. Los futuros profesores como nosotros han de pasar por un máster realmente ridículo desde mi punto de vista, que no se centra en lo verdaderamente importante de la docencia. En 2030 el Máster será de 3 años, y en las oposiciones habrá 600 candidatos de media para cada plaza.
  • El alumno: la diferencia entre la clase social de cada alumno marcará (y marca hoy) profundamente su interés por las asignaturas. Gracias a héroes que, desde la mesa de profesor, les intenten comprender y brindar ayuda y conocimiento, algunos de los alumnos con menos capacidad económica podrán progresar y tener una mejor posición en la sociedad. Al resto, los dejarán en el lodo.
  • El currículo: cambiará radicalmente, aunque no necesariamente para bien. Desde mi punto de vista, desaparecerán las artes y la filosofía, lengua y literatura será menos lengua y menos literatura, conocimiento del medio perderá el medio, y asignaturas como historia o geografía estarán tan horriblemente tergiversadas que nadie aprenderá nada.
  • El aprendizaje y el aula: las tablets y los ordenadores habrán intentado sustituir las incapacidades del Estado y de la sociedad para cambiar algo en el mundo.
Si saben cómo me pongo, por qué me invitan

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