A cada tiempo su educación, a cada educación su libertad. Sobre Homeschooling y otros males
Tras la visualización del documental sobre Homeschooling o “educar en casa”, me dejó realmente sorprendido. Es cierto que por mi aversión hacia el sistema, el hecho de que haya familias que se escurren del mismo me conquistó en un primer momento. Además, la inclusión de la música en los contenidos que aprendían los niños terminó de enganchar mi atención y llevarme a reflexionar: ¿es viable la educación fuera de la Academia?
El Homeschooling surge de la idea de que la educación no puede regirse exclusivamente por una institución (la escuela) que tiene un porcentaje de fracasos considerable. La implicación de la familia nuclear en esta metodología es muy marcada y ayuda a generar vínculos familiares muy fuertes; tanto de los padres con los hijos como entre los hermanos, hecho que desde mi punto de vista resulta muy favorecedor. He de decir que, partiendo de mi experiencia (yo tengo muchos hermanos), la relación entre hermanos es siempre complicada, y creo que el compartir algo tan importante como la educación es algo que une en muchos puntos distintos a los hermanos, y que fortalece lazos afectivos positivos. Además, el trabajo conjunto de niños de distinta edad me interesa muchísimo desde que vi el documental "La educación prohibida", ya que en éste se afirmaba que quien mejor puede enseñar a un niño es otro niño. Esta máxima la he intentado aplicar en mi puesto de trabajo (trabajo en la Escuela Municipal de Música de Valladolid), y la verdad es que da sus frutos, y creo que en una casa, si se es capaz de distanciarse del aspecto competitivo que contamina la sociedad, el trabajo entre hermanos es una ventaja a tener en cuenta muy importante.
La premisa básica del Homeschooling es que se aprende todo el tiempo, por lo que no existe un horario establecido y los alumnos pueden dedicar todo el tiempo que deseen a aprender cosas nuevas. Esto implica que se genera un ansia, unas ganas de descubrir de manera constante, porque no existen presiones de superar pruebas específicas que midan el conocimiento adquirido. Como mencionaba anteriormente, al no existir la competitividad en exámenes o pruebas, la relación entre compañeros (que, en este caso, son también hermanos) es mucho más sana. Esto tiene gran importancia si tenemos en cuenta que no estudian, sino que aprenden. De esta manera, aprenden los niños por iniciativa propia, algo similar a lo que hemos visto en las escuelas activas, y así ponen en práctica competencias como la gestión de tiempo o contenidos, así como pueden también ir descubriendo qué temas les motivan más y cuáles menos, fomentando la creatividad. Lo más importante en este tipo de educación es que todo alumno o aprendiz es válido para el aprendizaje.
Los prejuicios (y juicios) sobre este tipo de práctica son abundantes: cómo socializan los niños, quién controla si aprenden lo mismo que los que están en educación reglada, quiénes son sus padres para enseñarles, quién controla su evolución, quien controla, quien controla, quien controla... En efecto, el gran problema que la sociedad (y aquellos que desde sus oficinas dirigen su opinión) tiene, es la pérdida de control de las personas educadas en casa. Ya no pueden ser dirigidos ideológicamente desde ningún libro de texto, ni se puede gestionar y adormecer sus ganas por cambiar una sociedad como la nuestra. Se dice que no serán sociables, se dice que serán parias, que no van a adquirir buenos conocimientos, que morirán solos...en fin, un cúmulo de argumentos no contrastados y fruto, una vez más, de un sistema que se sabe vender como el único e intransferible, todopoderoso y perfecto, cuando en realidad es en la diversidad de planteamientos educativos donde reside realmente la libertad de cada individuo para elegir cómo educar y cómo ser educado
Documental visualizado en clase del que parte toda esta reflexión: https://www.youtube.com/watch?v=dLSDL6xI9eo
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