EMIgrando en busca de docente

El papel del tutor en el aula es realmente importante. No es lo que piensa el 99% de los agentes presentes en el proceso educativo, incluidos los propios tutores, pero pienso que es central para el desarrollo social de una clase determinada en cualquier instituto. Esto lo creo firmemente porque el tutor es el único docente que tiene un espacio con los alumnos libre de contenidos, un espacio en el que conocerlos y de interacción.

Desgraciadamente, la hora de tutoría es en muchas ocasiones suprimida por docentes y centros, relegada a últimas o primeras horas de la mañana, partida en dos medias horas o directamente invisibilizada o utilizada por el tutor para ganar tiempo de su asignatura principal. Esto es un flagrante error desde mi punto de vista.

No obstante, en la clase de hoy se nos ha pedido que describamos las características del docente ideal, y yo he elaborado unas cuantas, intentando no caer en la utopía, y contando con las circunstancias que suelen rodear a todo hijo de vecino:

1. Empatía con sus alumnos.
2. Compromiso con su asignatura, pero sobre todo con sus alumnos.
3. Capacidad estratégica: para organizar su currículo y enseñar a organizar el estudio a sus alumnos.
4. Creatividad.
5. Reflexividad, para evaluar sus actos y cambiar lo necesario para una mejora de su acción docente.

Estas cinco características que a mi juicio debe tener todo profesor son realmente alcanzables para muchas personas. Desgraciadamente, también desde mi punto de vista hay una de las características que no sólo debería ser indispensable, sino obligatoria en cualquier docente: la empatía. Estoy harto de cruzarme con profesores que no piensan una mierda en sus alumnos, que no entienden que detrás de cada persona hay una historia y unas circunstancias, y que juzgan y prejuzgan a sus alumnos sin tener idea de nada. En el mundo de la música, del que yo provengo, se socavan las autoestimas, se entierran las ilusiones y se destroza la iniciativa. Es urgente que todo profesional que quiera ser profesor tenga que pasar unas determinadas pruebas psicológicas, y de esta manera alejar de nuestros jóvenes a los monstruos sin corazón que no son conscientes de que están interviniendo en la vida de un ser humano.